NIETZSCHE
Considero erróneo el rechazo del
devenir y de la sensibilidad, por parte de los filósofos. Los caracteres que
poseen estos filósofos y que han dado lugar a una concepción metafísica del
mundo son su odio a la noción misma de devenir, su falta de sentido histórico,
egipticismo, es decir, su incapacidad para asumir el cambio, la vejez, la
muerte, obstáculos para su necesidad de permanencia y fijeza. Adoran el
concepto porque fijan todo lo que deviene, lo que cambia, lo que da vida. Esta
creencia en el ser estable complica la negación de la sensibilidad que es
engañosa e inmoral, los sentidos y el cuerpo nos engañan acerca de la realidad,
que son los que dan esa perspectiva de lo real.
No acepto la defensa de la idea
de Dios formulada por los filósofos. Toman como lo primero, en el doble sentido
de lo más importante y lo mas originario, a lo más abstracto y general, es
decir, a los conceptos mas vacíos, como por ejemplo el de ser supremo, lo
incondicionado, lo bueno…, y consideran que ellos no pueden proceder de otra
cosa distinta, tienen que ser causa última o causa de sí. Para mí esto es
síntoma de una auténtica majadería, pues supone una inversión absoluta del
sentido de lo real; se toma por real aquello que mas carece de realidad, los
conceptos más vacíos y abstractos que las mentes han podido elaborar.
Por último cierro esta crítica
poniendo de manifiesto que rechazo la distinción entre el mundo verdadero y el
mundo aparente, que hacen los filósofos.
La tarea que propongo es la invertir la ontología y poner en entredicho
la valoración que se ha hecho hasta ahora del ser, lo que la filosofía había
considerando como apariencia, es decir, lo sensible, lo temporal es lo
verdaderamente real para mí, y en cambio lo que hasta ahora se creía verdadero
ser, lo intemporal, lo eterno, Dios, es para mí pura invención del pensamiento.
Lo que los filósofos llaman mundo real, no es sino un punto de vista. Hago
referencia a la figura del artista que acepta la vida tal como es, dice incluso
sí a todo lo problemático y terrible, por eso es dionisíaco.
Es algo que hemos puesto en
valor, no existe ya que podría haber sido otra cosa. Han desvalorizado este
mundo y han valorado mas el demás allá, el de ultratumba.
Juan Antonio Nortes Martínez 2ºBH